Alejandro González Sánchez

Adentrarse en el estado de Querétaro es sin duda un viaje lleno de matices. A pesar de ser uno de los estados más pequeños del país, en extensión territorial, es uno de los más grandes en cuanto a historia, cultura, gastronomía y qué decir de la gran biodiversidad y sus distintos ecosistemas. Transitar por sus calles evoca el movimiento de independencia, pero también su buen clima hace de este fascinante estado un lugar diverso, colorido y dinámico para hacer infinidad de actividades. 

Su ubicación céntrica lo hace un lugar accesible para turistear, pues se encuentra a menos de sesenta minutos de San Miguel de Allende y a dos horas de CDMX, Guanajuato, Michoacán y San Luis Potosí. Gracias a su localización figuró como un lugar clave en los momentos definitivos para la creación de la identidad nacional.

Cabe resaltar que su dinamismo ha crecido de manera excepcional en las últimas décadas, haciendo que el pasado y el presente convergen para tener un cuadro variopinto tanto de héroes y batallas como de lugares icónicos considerados Patrimonios Mundiales, como la ruta del vino, pueblos enigmáticos y una variedad de campamentos ecoturísticos. Descubramos parte a parte lo que tiene Querétaro para enseñar.